
Aunque algunas personas se han pasado el invierno en plena actividad, otras, como el chucho de la foto, se han acurrucado en sus sofá, con el remoto y la estufita al lado, y recién ahora empiezan a desperezarse y a mirar alrededor y darse cuenta que quizás ya es momento de empezar a moverse un poco.
Cambiar, y establecer!, nuevos hábitos - como puede ser salir a correr regularmente, ir al gimnasio, o comer más saludablemente - a veces no es tan fácil como quisiéramos, pero no es imposible y lo único que se precisa es un poco de perseverancia y un poco de auto-conocimiento.
En 1982, los académicos Prochaska y DiClemente, elaboraron el modelo transteórico para describir la rueda de cambio, las etapas que atraviesa un ser humano hasta lograr el cambio de una conducta. Este modelo ayuda a reconocer en que fase nos encontramos, o donde se encuentra una persona que queremos ayudar a cambiar, y que desafíos tenemos que superar en cada etapa para establecer un nuevo hábito.
Tomemos como ejemplo al perrito de la foto, llamémoslo Pichicho, que no hace NADA de actividad física y que realmente debería salir a caminar aunque sea media hora todos los días y además hacer un poco de Pilates para mejorar la postura, o sea que el hábito a cambiar es dejar de pasarse la vida en el sofá.
Las etapas que propone la rueda de cambio son estas:
- Precontemplación: en esta etapa Pichicho todavía no considera que pasarse todo el día en el sofá sea un problema, por lo que no contempla ninguna posibilidad de cambio. Lo que podemos hacer es ofrecerle a Pichicho información sobre las consecuencias de la falta de actividad, para lograr que llegue a cuestionarse y aumente su conciencia del problema.
- Contemplación: este es el momento en que Pichicho se da cuenta que está un poco gordito, se siente muy cansado todo el tiempo y no puede ni levantar un hueso pelado, y entonces empieza a pensar que podría estar bueno salir de ese sofá y hacer algo de ejercicio; ha visto los daños que provoca de su hábito, y piensa en cambiar pero aún no emprende ningún tipo de acción. Esta es una etapa de suprema ambivalencia, entre quedarse con lo que ya conocemos y las nuevas posibilidades que ofrece establecer un cambio.
- Preparación para el cambio o determinación: Pichicho finalmente ha decidido que es mejor salir del sofá y empieza a investigar las estrategias a seguir para conseguir su objetivo. ¿Será mejor ir a correr con correa o sin correa? ¿Dan Pilates para perros en el gimnasio de la esquina? ¿Cuánto cuesta una colchoneta? Es un momento de muchas dudas, lo que podemos hacer es aconsejar sobre cual sería el ejercicio más conveniente, alentar a Kevin y guiarlo para que pueda elegir el camino más conveniente para su salud física.
- Acción o cambio: después de tanta reflexión Pichicho finalmente se compra una correa nueva, se apunta en el gimnasio y empieza a alejarse del tentador sofá. Para tener éxito, es mejor que Pichicho empiece de apoco y se fije metas alcanzables dentro de su contexto, que puedan aumentar paulatinamente. Es en esta fase que hay que ofrecerle más apoyo, supervisar sus actividades, motivarlo y ayudarlo a superar dificultades que surjan a su paso.
- Mantenimiento: una vez que se estableció el nuevo hábito, hay que mantenerlo! Lo ideal es que Pichicho mantenga su motivación para seguir yéndose cada vez más lejos del sofá y por más tiempo, por lo que hay que evitar recaídas. Es importante motivar a través de la diversión y de aumentar el desafío y la diversidad de la actividad física.
- Recaída: en ocasiones, después de una fase en la que se había producido un cambio de conducta se vuelve al hábito anterior. No hay que desmoralizarse! Las recaídas son parte normal del proceso de aprendizaje, sólo hay que levantarse y empezar otra vez.